viernes, 21 de enero de 2011

MARÍA ELENA WALSH

Una canción para chicos que hace pensar a los grandes...
¿Cuántas veces, como Manuelita, dejamos pasar lo importante por darle trascendencia a lo insignificante?


Manuelita vivía en Pehuajó
pero un día se marchó.
Nadie supo bien porqué
a París ella se fue,
un poquito caminando
y otro poquitito a pie.

Manuelita una vez se enamoró
de un tortugo que pasó.
Dijo: "¿Qué podré yo hacer?
Vieja no me va a querer.
En Europa y con paciencia
me podrán embellecer."

En la tintorería de París
la pintaron con barniz.
La plancharon en francés
del derecho y del revés.
Le pusieron peluquita
y botines en los pies.

Tantos años tardó en cruzar el mar
que allí se volvió a arrugar.
Y por eso regresó
vieja como se marchó
a buscar a su tortugo
que la espera en Pehuajó.

Manuelita, Manuelita,
¿Manuelita dónde vas
con tu traje de malaquita
y tu paso tan audaz?

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